La
oración es una fuente de poder espiritual. Quienes la repiten con fé entran en
un estado de meditación y confianza que puede curarlos a ellos o a aquellos
seres por los que rezan. Por supuesto que no siempre habrá éxito; sin embargo,
eso no disminuye su grandeza.
No importa cuál sea su religión ni la oración que
rece. Lo que sí importa es que, cuando
creemos en el poder de las palabras, convocamos a esa fuerza misteriosa que es
capaz de transformar la realidad.
ellos o a aquellos seres por los que rezan. Por supuesto que no si
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